LA HISTORIA DE RIENCY II PARTE

El rugir de las motos se mezclaba con el sonido de los pitos, los gritos y el eco de un carro que avanzaba a toda velocidad. —¡Abran paso, abran paso, llevamos un herido! —Se escuchaba a lo lejos, entre voces desesperadas. Intenté levantar la cabeza, pero el peso de la confusión me lo impedía. Todo era ruido, movimiento y sombras. No sabía qué estaba pasando, solo seguía el estruendo de los motores y la vibración del vehículo en el que me encontraba, en el asiento trasero, envuelto en un silencio interior que contrastaba con el caos de afuera. Aún no entendía nada. Estaba perdido entre la realidad y la inconsciencia. No alcanzaba a comprender la magnitud del suceso… ni que yo era el protagonista de aquella tragedia. Esa caravana de motos, esos gritos, ese desespero… todos acompañaban el carro que corría contra el tiempo, rumbo a un hospital. En el trayecto, mi vida se apagaba y encendía por instantes, como una luz que titila antes de extinguirse. Cuando volví a despertar, ya estaba en una sala de emergencias. Las luces blancas me cegaban, y el murmullo de voces médicas se mezclaba con el llanto de mi tía. La vi apenas unos segundos y luego todo volvió a oscurecerse. No sé cuántas veces perdí la conciencia desde el accidente hasta llegar al hospital. Solo sé que, en esas horas, había comenzado una carrera contra la muerte. Ella, fría, implacable, estaba allí, reclamando mi existencia. Cada segundo, cada minuto, era una batalla silenciosa contra el destino que parecía ya escrito para mí. #inspiración, #motivación, #fortalecimiento, #fe, #espiritualidad, #resiliencia, #amorpropio, #desafío, #felicidad.

10/15/20251 min leer